El agua es un nutriente no energético, ya que no aporta calorías. Sin embargo, es esencial para el funcionamiento de nuestro cuerpo que está constituido en un 60 a 70% de agua. No todas las aguas son iguales, es importante conocer la nomenclatura para elegir correctamente que tomamos.
Existen:
AGUAS POTABLES: Son aguas aptas para la alimentación y uso doméstico. De suministro público o de uso domiciliario (agua potable de la canilla).
AGUAS POTABLES ENVASADAS: Son aguas de origen subterráneo o proveniente de abastecimiento público, a las que se les puede hacer algún tratamiento de los permitidos por el Código Alimentario Argentino (C.A.A.) para conservar o mejorar sus características físicas, luego se envasa y se vende en botellas o bidones para dispenser.
AGUAS MINERALIZADAS: Son aguas potables envasadas a las que se les adicionan minerales permitidos en forma artificial. Es frecuente su confusión con las aguas minerales naturales.
AGUAS MINERALES NATURALES: Son aguas aptas para consumo, de origen subterráneo, resultado de un proceso natural que comienza cuando el agua de lluvia o de nieve se va filtrando lentamente en las rocas de una montaña. Durante su largo viaje subterráneo va adquiriendo los minerales, que le aportarán su singularidad y carácter único. Luego es obtenida mediante una o varias captaciones en los puntos de surgencias naturales o producidos por perforación. Son aguas bacteriológicamente sanas, es decir, sin presencia de bacterias patógenas.
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